El Sufrimiento de los Inocentes – Presentación de Kiko Argüello

Queridos hermanos: ¿Cómo pretender componer música? ¿Será una presunción mía? ¿O mi vanidad? Sea como fuere: «No dejes nunca de hacer el bien por miedo a la vanidad, porque eso viene del demonio’, me dijo un vez un sacerdote anciano. «Hacer el bien… ¿Es un bien intentar componer música? ¿Por qué me excuso? Es verdad, me estoy excusando, perdonadme. Os presento una pequeña composición musical, que querría que fuese celebrativa, catequética también, diría, sobre el sufrimiento de los inocentes, sobre el sufrimiento de la Virgen. ¿Quizá la música logra decirnos algo más profundo sobre un tema tan importante…?

El sufrimiento de los inocentes… Dijo el filósofo Sartre: «Ay de aquel a quien el dedo de Dios aplaste contra la pared»; y Nietzsche: «Si Dios existe y no ayuda a los que sufren, es un monstruo, y, si no puede ayudarles, no es Dios, no existe».

Ser estrellados contra la pared. Hombres tirados en la calle, muertos de frío. Niños abandonados y recogidos en orfelinatos de horror, donde son violentados y abusados. Aquella mujer que conocí en aquel barrio, con Parkinson, abandonada por su marido, a quien su hijo enfermo mental golpeaba con un bastón, y que pedía limosna. Me quedé sobrecogido ante Jesús muerto en la Cruz, presente allí, en ella y en tantos otros y otros… Qué misterio el sufrimiento de tantos inocentes que cargan con el pecado de otros, incesto, una violencia inaudita, aquella fila de mujeres y niños desnudos hacia la cámara de gas, y aquel dolor profundo de uno de los guardianes que dentro de su corazón sentía una voz: «entra en la fila y ve con ellos a la muerte»; y no sabía de dónde le venía… Dicen que después del horror de Auschwitz ya no se puede creer en Dios. iNo! iNo es verdad! Dios se ha hecho hombre para cargar Él con el sufrimiento de todos los inocentes. Él es el inocente total, el cordero llevado al matadero sin abrir la boca, el que carga con los pecados de todos.

En esta pequeña obra, se presenta a la Virgen María sometida al escándalo del sufrimiento de los inocentes en su carne, en la carne de su Hijo. «¡Oh, qué dolor!’, canta una voz mientras una espada atraviesa su alma.

Querríamos celebrar juntos, con estos trazos musicales, cuánto sostuvo un ángel a la Virgen, como a Jesús en el Huerto de los Olivos, cuando otro ángel le ayudó a beber el cáliz preparado para los pecadores. ¡Querríamos contemplar y sostener a la Virgen que acepta la espada que, según el profeta Ezequiel, Dios ha preparado por los pecados de su pueblo, y que ahora atraviesa el alma de esta pobre mujer!

¡María, María! iMadre de Dios! Santa Theotokos. iÁnimo! Tú eres la Madre del Dios que se hace pecado por nosotros y se ofrece por la salvación de todos. Madre de Dios y Madre nuestra. Cantemos todos.
Algunos comentarios descriptivos de los movimientos de la Sinfonía

La sinfonía consta de cinco movimientos.

El primer movimiento se llama “Getsemaní”, que era el nombre del huerto donde Nuestro Señor Jesucristo fue a rezar y a tener un terrible combate, porque allí se debía preparar para dar su vida por todos los hombres de la tierra. Allí, lleno de angustia y miedo, le dice a su Padre: “Abba! Si no es posible que pase este cáliz sin que yo lo beba, entonces que se haga tu voluntad.” Tanto era su sufrimiento que Dios le envía un ángel para sostenerlo. Por eso, a mitad de este primer movimiento, las violinistas se ponen en pie significando la llegada de este ángel. Más tarde, se oye una cadencia de tambor, simbolizando a los soldados con Judas, el traidor, que se acercan para prenderlo, torturarlo y crucificarlo. Y el movimiento termina con el coro, cantando “¡Abba! ¡Padre!”, que significa que Cristo acepta ser torturado y crucificado por todos los hombres.

El segundo movimiento se llama “Lamento”. Os invito a contemplar a la Virgen, debajo de la cruz de su Hijo, sintiendo un dolor enorme. Se escuchará un arpa, simbolizando las lágrimas de la Virgen María.

El tercer movimiento se llama “Perdónales”. Os invito a contemplar a Cristo crucificado, sufriente, que grita al Padre: “Perdónales!”, pidiendo perdón por todos los hombres. ¡Por eso un tenor cantara “Perdónales!” hacia el final del movimiento.

El cuarto movimiento se llama “La Espada”. Esta “espada” es importante, ya que el profeta Ezequiel ve que su pueblo que ha cometido muchos pecados, de incesto, violencia, usura, asesinato, y Dios dice al profeta: “Profetiza una espada, que caerá sobre ellos”. Esta espada no es un castigo de Dios, es el producto de su maldad, porque Dios les había dicho que no se aliaran con Egipto y no han obedecido. No han querido obedecer a Dios y por eso el rey Nabucodonosor, irritado contra este pueblo, ha puesto cerco a Jerusalén, ha destruido el Templo, y por medio de esta “espada” la sangre corre ahora por toda la ciudad. Esta profecía es completamente cierta para nosotros, hoy. No han pasado 70 años desde dos guerras mundiales que han provocado 60 millones de muertos, con 6 millones de judíos muertos en campos de concentración, dos bombas atómicas sobre Japón: Hiroshima y Nagasaki… Entonces, esta “espada” presente en nuestra sociedad por los pecados de los hombres, ha querido ser aceptada por la Virgen María para salvarnos, y por eso el Evangelio dice que “una espada atravesará el alma de la Virgen”, cuando está debajo de la cruz. Otro aspecto de la “espada” son los desastres naturales, los terremotos, el “tsunami”, la central nuclear de Fukusima. ¿Por qué, esto? ¿Es un castigo de Dios por nuestros pecados? Le preguntan a Jesucristo, cuando un terremoto hizo derrumbarse una torre, y todos murieron: “¿Por qué esto? ¿Es porque han sido unos pecadores, unos malvados, y Dios les castiga?” Y Cristo dice: “No. No es por sus pecados. ¿Os creéis que sois mejores que esos hombres? No, os lo digo.” Esta es una palabra que llama a todos los hombres a conversión, a volverse a Dios. Con estos hechos que han sucedido en Japón, Dios está hablando a toda la humanidad. Digo que debemos todos repensar nuestra vida, toda fundamentada en el placer, el dinero y el orgullo. Es una palabra de ayuda para nosotros, para descubrir que nuestra vida es precaria, que podemos morir en cualquier momento.

Por último, el quinto movimiento se llama “Resurrexit”, porque a Cristo, muerto por todos los hombres, Dios lo ha resucitado de la muerte, y nosotros estamos anunciando a todo el mundo la resurrección, la victoria sobre la muerte. Los cristianos no morimos, y también para vosotros es la esperanza de la resurrección y la vida eterna, la felicidad eterna en el Cielo.

¡Arigato!

Kiko Arguello. Koriyama (Japon), 6 de mayo de 2016)

La sofferenza degli innocenti – Presentazione di Kiko Arguello

Carissimi fratelli: Come pretendere di fare musica? Sarà la mia presunzione? La mia vanità? Sia come sia:»Non lasciare mai di fare il bene per paura della vanità, perché questo viene dal demonio», mi disse una volta un anziano sacerdote. »Fare il bene…» È un bene tentare di comporre musica? Vi presento una piccola composizione musicale, che vorrei fosse celebrativa, e direi anche catechetica, sulla sofferenza degli innocenti, sulla sofferenza della Madonna. Forse che la musica riesce a dire qualcosa di più profondo su un tema così importante…? La sofferenza degli innocenti… Il filosofo Sartre ha detto: »Guai a colui che il dito di Dio schiaccia contro il muro», e Nietzsche: »Se Dio esiste e non aiuta coloro che soffrono è un mostro e se non può aiutarli non è Dio, non esiste». Essere schiacciati contro il muro. Uomini buttati per strada, morti di freddo. Bambini abbandonati e raccolti in orfanotrofi di orrore, violentati e abusati. Quella donna, con Parkinson, abbandonata dal marito, che ho conosciuto in quella borgata, che il figlio malato di mente picchiava con un bastone, e che chiedeva l’elemosina… Sono rimasto sconvolto davanti a Gesù morto in Croce, presente lì, in lei, e in tanti altri ed altri… Che mistero la sofferenza di tanti innocenti che portano su di sé il peccato di altri, l’incesto, una violenza inaudita; quella fila di donne e bambini nudi verso la camera a gas, e quel dolore profondo di uno dei guardiani che dentro al suo cuore sentiva una voce: mettiti nella fila, e va con loro alla morte; e non sapeva da dove gli veniva… Dicono che dopo l’orrore di Auschwitz non si può più credere in Dio. No! Non è vero, Dio si è fatto uomo per prendersi Lui la sofferenza di tutti gli innocenti. È Lui l’innocente totale, l’agnello condotto al macello senza aprire bocca, colui che porta su di sé i peccati di tutti. In questa piccola opera si presenta la Vergine Maria sottomessa allo scandalo della sofferenza degli innocenti nella sua propria carne, nella carne del suo proprio Figlio. »Ahi, che dolore!», canta una voce mentre una spada attraversa la sua anima.Vorremmo celebrare insieme, con questi schizzi musicali, quanto un angelo sostenne la Vergine, come accadde a Gesù nell’Orto degli Ulivi quando un angelo lo aiutò a bere il calice preparato per i peccatori.Vorremmo contemplare e sostenere la Vergine che accetta quella Spada, che secondo il profeta Ezechiele Dio ha preparato per i peccai del suo popolo, e che ora attraversa l’anima di questa povera donna: Maria, Maria! Madre di Dio! Santa Theotokos. Coraggio! Tu sei la Madre di quel Dio che si fa peccato per noi e si offre per la salvezza di tutti. Madre di Dio e Madre nostra.

 Alcuni commenti di Kiko per descrivere la Sinfonia

La sinfonia è composta da 5 movimenti.

Il primo movimento si chiama “Getsemani”, il nome del giardino dove nostro Signore Gesù Cristo andò a pregare per sostenere un terribile combattimento perché si doveva preparare per dare la sua vita per tutti gli uomini della terra. Lì, pieno di angoscia e paura, dice a suo Padre: “Abbà! Padre, se non è possibile che passi da me questo calice senza che io lo beva, allora si faccia la tua volontà”. La sua sofferenza era così terribile che Dio gli manda un angelo per sostenerlo. Ed ecco perché, nella prima metà di questo movimento, per far capire che Dio manda l’angelo, le violiniste si alzano e suonano in piedi. Segue un rullo di tamburo militare cadenzato che indica che i soldati accompagnati da Giuda, il traditore, stanno arrivando per catturare Gesù, torturarlo e crocifiggerlo. E il movimento si conclude con il coro che canta “Abbà! Padre!”, che vuol dire che Cristo accetta di essere torturato e crocifisso per tutta l’umanità.

Il secondo movimento si chiama “Lamento”. Vi invito a contemplare la Vergine sotto la croce di suo Figlio che sta soffrendo profondamente. Sentirete la voce dell’arpa, i suoi accordi rappresentano le lacrime della Vergine Maria.

Il terzo movimento si chiama “Perdonales” (Perdonali ). Vi invito a contemplare un crocifisso, Gesù Cristo sofferente che grida a suo Padre: “Perdonali!”, e chiede il perdono per tutti gli uomini. Per questo, nel finale del movimento, un tenore canterà “Perdonales”.

Il quarto movimento è “La Espada” (La Spada). Questa “spada” è importante, poiché il profeta Ezechiele ha visto che il suo popolo ha commesso molti peccati, incesti, violenze, usura, omicidi e Dio dice al profeta: “Profetizza una spada che cadrà su di loro”. Questa spada non è un castigo di Dio, è il prodotto della loro malvagità. Dio aveva detto loro di non allearsi con l’Egitto ma essi non hanno voluto obbedirgli e per questo, il re Nabucodonosor, irritato con il popolo, circonda Gerusalemme, distrugge il Tempio e attraverso questa “spada” il sangue scorre per tutta la città. Questa è una profezia assolutamente vera per noi oggi. Sono passati quasi 70 anni da quando due guerre mondiali hanno causato sessanta milioni di morti, sei milioni di Ebrei sterminati nei campi di concentramento e due bombe atomiche sganciate sul Giappone, a Hiroshima e Nagasaki… Dunque, questa spada, presente nella nostra società a causa dei peccati degli uomini, è stata accettata dalla Vergine Maria per salvarci. Per questa ragione il Vangelo dice che ”una spada trafigge l’anima della Vergine Maria” quando sta sotto la croce. Un altro aspetto di questa “spada” sono i disastri naturali, i terremoti, gli “Tsunami”, l’incidente nucleare di Fukushima. Perché questo? È una punizione di Dio per i nostri peccati? Lo chiedono a Gesù dopo che un terremoto provocò il crollo di una torre e tutti morirono. Gli domandano: “Perché è accaduto questo?. Perché erano peccatori, malvagi, e Dio li ha puniti?”. E Gesù risponde: “No, non è a causa dei loro peccati. Voi pensate di essere migliori di quegli uomini? No vi dico!”. Questa è una parola che chiama tutti gli uomini a conversione, a ritornare a Dio. Con questi fatti che sono accaduti in Giappone, Dio sta parlando a tutta l’umanità. Io vi dico che tutti voi dovreste ripensare alla vostra vita tutta basata sul piacere, sul denaro e sull’orgoglio. Questa è una parola che ci viene in aiuto per farci scoprire che la nostra vita è precaria e che noi possiamo morire in qualsiasi momento.

E l’ultimo movimento, il quinto, si chiama “Resurrexit”, perché Cristo, che è morto per tutti gli uomini, Dio lo ha risuscitato e noi stiamo annunciando al mondo intero la resurrezione, la vittoria sopra la morte. I Cristiani non muoiono e anche per voi esiste la speranza della resurrezione e della vita eterna, della felicità eterna nel Paradiso”.

Arigatò!

Kiko Arguello. Koriyama , 6 maggio 2016